Un árbitro fue asesinado a balazos en Brasil mientras dirigía un partido de fútbol sala. Un sospechoso fue detenido por la policía local, llevando consigo dos revólveres, aunque aún no se pudo determinar el móvil del crimen.
Las medidas de seguridad deben estar dadas para que un partido comience, y el Árbitro tiene la potestad de suspenderlo parcial o definitivamente, si cree que esto no sucede. Por eso es muy extraño lo ocurrido en Brasil hace unos pocos días donde los medios de comunicación informaron que "mientras se disputaba un encuentro en el pabellón del barrio de Cidade Continental, en Serra, una persona entró en el mismo y disparó hasta en cinco ocasiones contra el árbitro, Davi Ferreira Marianeli, de 26 años, que lamentablemente resultó muerto en el acto". Aunque el objetivo del ataque era el juez del cotejo, una bala perdida alcanzó también, a uno de los jugadores en la pierna, pero afortunadamente está fuera de peligro.
Después de su cruel accionar, el asesino huyó, aunque la Policía Militar consiguió detenerlo e identificarlo como Wellison Araújo Loureiro. Este hombre fue trasladado al Departamento de la Policía Judicial de Serra y le fueron hallados dos revólveres calibre 38, con munición ya usada, que podrían ser las armas utilizadas para concretar el asesinato de Marianeli. Al ser interrogado, el joven acusado negó ser autor de los disparos, pero le fue imposible explicar como llevaba entre sus pertenencias los elementos encontrados. Aún no se ha podido determinar el móvil del crimen.
En estos tiempos violentos, sepamos los Árbitros, que ante el menor rasgo de inseguridad en una cancha, se deben tomar todos los recaudos necesarios para preservar su integridad física ante las amenazas de los inadaptados de siempre. En caso de que esto ocurra, cierren sus planillas, armen sus bolsos y retírense del lugar para evitar inconvenientes y volver a casa sanos y salvos.
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